“Atrévete…”. Muchas veces los niños “se
pican” unos a otros diciéndose: “¿A qué no te atreves?”. Si la propuesta es tan
valiosa como lanzarse a la misión, merece la pena arriesgarse y dar el salto.
Los cristianos obtenemos el valor necesario para ello apoyándonos en Aquel en
quien sabemos que podemos confiar plenamente: Jesús.
“… a ser misionero”. Esa gran propuesta es
también, y en un lugar destacado, para los más pequeños. Infancia Misionera va
a ayudarles a descubrir y a vivir —de una manera sencilla, pero concreta,
creativa y eficaz— que ellos son auténticos protagonistas de la misión en su
propio ambiente. Y ¿por qué no soñar con ser misioneros algún día, si Dios
quiere?
Por si necesitáis más información... La Infancia Misionera nació en 1843 en Francia, cuando el obispo Forbin-Janson recurrió a los
niños de su diócesis, en vez de a grandes benefactores, para ayudar a otros
niños necesitados en China. En 1922, el papa Pío XI asumió como suya esta
iniciativa y le dio el carácter de Obra “Pontificia”. En España se implantó en
1852, con el apoyo de la Reina Isabel II. La primera niña registrada fue su
hija mayor, la Princesa de Asturias.
La Obra Pontificia de Infancia Misionera celebra este año su 175 aniversario y hoy sigue vigente. Es la gran apuesta de la Iglesia para dar protagonismo a los niños, invitándolos a que descubran la riqueza de la fe recibida en su bautismo y la compartan con los niños.
En nuestras aulas hemos visto y reflexionado sobre este vídeo, os dejamos aquí el enlace por si queréis volver a verlo...
La Obra Pontificia de Infancia Misionera celebra este año su 175 aniversario y hoy sigue vigente. Es la gran apuesta de la Iglesia para dar protagonismo a los niños, invitándolos a que descubran la riqueza de la fe recibida en su bautismo y la compartan con los niños.
En nuestras aulas hemos visto y reflexionado sobre este vídeo, os dejamos aquí el enlace por si queréis volver a verlo...